De roqueros y treparriscos
Ya
corroboré en su día que el intreparriscos
no existe. Mis pesquisas me llevaron a pensar que se trata de una conspiración
fraguada en altos círculos pajariles, de manera que de forma totalmente
consciente nos han hecho creer en la existencia de este animalillo, mitad pájaro,
mitad lepidóptero.
Amigos
míos de gran solvencia humana y pajarera testimonian su observación, incluso
con la mano posada en la Svensson… y eso son ya palabras mayores. A pesar de
ello, me juego el dedo chico de la mano de mi vecino, que en realidad han
observado mariposas rupícolas, que también las hay. Los pobres han caído en la
gran estafa ideada por alguna mente brillante en cierto momento de lucidez, tal
vez visionando el capítulo semanal de Fringe.
Ahora
quiero avanzar aquí un nuevo fenómeno Paranolmal
Activity: el roquero rojo tampoco existe. Bien bonito lo dibujan en las guías,
sí señor, y qué decir de los registros que hay en forma de imágenes, fruto de
un magnífico trabajo de Photoshop. No es difícil crear uno de estos bichos a partir
de una foto cualquiera de roquero solitario, puedo enseñar las herramientas apropiadas
y demostrar que en menos de cinco minutos se pueden inventar roqueros con los
colores que nos dé la gana.
Tan
taxativa afirmación la baso en un trabajo concienzudo de prospección y pateo en
zonas conocidas de Iberia donde el supuesto bicho está presente, la última
Grazalema, hace unos días. No contemplo pensar en que lo que realmente sucede
es que el observador presenta significativas carencias en sus dotes de birdwatching. No, esto no es planteable…
creo.
Saludos
de un observador-manta.
PD:
¿Alguien ha visto un roquero rojo por aquí cerquita? ¿En las Subbéticas, por
ejemplo? ¿Dónde? ¿Cuándo?. Ofrezco recompensa en forma de gastronomía autóctona.