Por la Sierra de las Nieves
La primera intentona resultó fallida. Llovió con rabia y la reuma no llegó a más por mor de un
poncho barato, pero útil. Tan sólo nos llevamos en la retina el pinsapo de Las
Escaleretas, que ni siquiera pudo ser guardado en el retrato de rigor.
Pero al siguiente día, todo cambió. San Pedro dejó de
llorar, y el empapante suelo y la porosidad de las calizas hicieron del agua sólo
un recuerdo reciente. El vientecillo gélido no era excusa alguna para dejar de encaramarse
al Torrecilla, que a sus 1919 metros de altitud nos permitió estar más cerca de
la Divinidad. Aunque ésta no apareció, como siempre.
[Foto: Juan de la Cruz] |
Atentos, una vez más, a la cima de los pinsapos, no estábamos
dispuestos a dejar pasar la oportunidad de llevarnos palante a esos pájaros de retorcido pico instalados en el lugar. La
subida por la Cañada del Cuerno resultó, en una nueva ocasión, un absoluto
fiasco. Los pedregales del reino de los quejigos alpestres tampoco nos dieron
la satisfacción que significa, supongo, toparse de bruces con el fantasmagórico
roquero rojo. Sólo el acentor alpino salvó la honra pajaril local, justo en el
culmen del macizo de piedras. Allí se ha instalado siempre atento a las migajas
abandonadas inconscientemente por los montañeros que se agrupan por doquier en
la atalaya malacitana.
El regreso hasta el refugio de cuatro ruedas se hizo,
como siempre, a costa de la salud de las crujientes rótulas que, con
frecuencia, recuerdan al caminante su necesitada existencia. Un descenso en
picado que amenazaba con la conclusión de un nuevo fracaso ornitológico. Pero
no fue así, por fin un par de piquituertas en descarada pose colocaron un
dorado broche a una caminata memorable.
PD. Qué suerte contar con amigos y compañeros con tanto conocimiento pajarero. Más de uno me ha recordado mi incultura pajaril al pretender ver el roquero rojo ahora, justo cuando están "descansando" en Arabia Saudí, Tanzania, Kenia, Etiopía... Podría decir que ya lo sabía y os estaba poniendo a prueba, o que los relatos literarios son una ficción, y por tanto, en ellos todo cabe, pero no colaría... o tal vez sí.
Gracias en cualquier caso.
PD. Qué suerte contar con amigos y compañeros con tanto conocimiento pajarero. Más de uno me ha recordado mi incultura pajaril al pretender ver el roquero rojo ahora, justo cuando están "descansando" en Arabia Saudí, Tanzania, Kenia, Etiopía... Podría decir que ya lo sabía y os estaba poniendo a prueba, o que los relatos literarios son una ficción, y por tanto, en ellos todo cabe, pero no colaría... o tal vez sí.
Gracias en cualquier caso.