¿Cómo se asean las avutardas?
El comportamiento de aseo está presente en la vida de las aves, un plumaje sano y bien mantenido es crucial para el aislamiento térmico, la capacidad de vuelo y la protección contra los elementos. Gracias al acicalamiento con el pico, los baños de agua o de arena, las aves eliminan parásitos, distribuyen aceites protectores y mantienen la integridad de sus plumas.
A diferencia de otras aves, la avutarda no posee la glándula uropigial (la glándula del acicalamiento), presente en muchas especies de aves, encargada de producir un aceite que utilizan para impermeabilizar y acondicionar sus plumas.
Sin embargo, la avutarda tiene una estrategia alternativa: los baños de polvo o de arena, frecuente en otras especies esteparias. Buscan tierra suelta y arenosa, y en ella se revuelcan y sacuden. Este comportamiento les permite limpiar su plumaje, y eliminar así parásitos externos y el exceso de grasa que se puede acumular en sus plumas. Además, se ha observado que estos baños contribuyen a mantener la flexibilidad y el buen estado general de sus plumas.
La ausencia de la glándula uropigial no es la única particularidad en el aseo de las avutardas. Éstas cuentan con el plumón pulvígeno. Este tipo de plumón, que se descompone continuamente en un fino polvo de queratina, se encuentra distribuido por todo el cuerpo, especialmente en la parte inferior y las ingles. Al desintegrarse, este polvo blanco se extiende por las plumas, actuando como un talco natural. Su función es clave: ayuda a absorber el exceso de humedad y grasa, manteniendo el plumaje seco, limpio y en óptimas condiciones, especialmente en un ave de gran tamaño como la avutarda que necesita un plumaje ligero y funcional para el vuelo.
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Autor: Juan M. Delgado |
REFERENCIA:
Hidalgo de Trucios, S. J., y Carranza Almansa, J. (1990). Ecología y Comportamiento de la Avutarda (Otis tarda L.). Universidad de Extremadura, Servicio de Publicaciones.
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