El canto de la calandria es su perdición

El canto de la calandria común es bien conocido, descrito y recogido en la bibliografía ya desde el siglo XVII, lo que le ha valido para ostentar el triste récord de ser la alondra más enjaulada en España. También es sabida su cualidad para imitar cantos de otras aves, desgraciadamente otra razón más para enjaularlas. 

La función del canto es la territorialidad, que ejercen tanto en el suelo como en vuelo, acompañándose de movimientos cuyas pautas también nos ayudan para diferenciar diferentes especies de aláudidos. La calandria asciende a una altura considerable (supera los 210 metros), volando en círculos, para a continuación dejarse caer en picado y posarse, normalmente junto a la hembra. 

También se sabe que el canto es una señal del estado del individuo, algo así como que un canto de calidad se corresponde con un macho de calidad, un mensaje que se dirige hacia las hembras pero también a sus depredadores. Algo así como lo que decía la chirigota de Cádiz "El que vale, vale": ole, ya está aquí el tío.

 



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