Efectos negativos del marcaje en carracas europeas

En la tesis doctoral de Juan Rodríguez "Selección de hábitat y ecología del movimiento en un migrante transahariano. Contribución a la conservación de la carraca europea", se marcaron con anillas y equiparon con geolocalizadores ejemplares de Granda, Almería y Castro Verde (Portugal). La información obtenida sobre las rutas de migración y lugares de invernada es realmente interesante, y ya ha sido objeto de un artículo anterior en este blog, aunque habrá que incidir próximamente.

En concreto, se equiparon con geolocalizadores 39 individuos, y analizaron los nidos donde los dos progenitores estaban marcados, o solo un miembro de la pareja, o ninguno, al objeto de hacer comparaciones y analizar los posibles efectos a corto y largo plazo.

Encontraron evidencia de un efecto negativo a corto plazo del uso de geolocalizadores en el crecimiento de los pollos de la población de Granada, pues los volantones con dos padres marcados tuvieron pesos significativamente más bajos. Y se sugiere que los efectos negativos de los geolocalizadores solo aparecieron al final del período de crianza de los polluelos, y que el efecto de la molestia y/o el aumento de la resistencia aerodinámica producido por llevar un geolocalizador no puede ser compensado por un esfuerzo adicional de los padres cuando ambos llevan geolocalizadores. Aún así, el efecto total en la reducción del esfuerzo no parece ser lo suficientemente fuerte como para afectar el número de volantones criados.

Finalmente, también observaron que la tasa de retorno de un año a otro para las carracas marcadas con geolocalizadores fue menor que la de las aves de control (no equipadas), o las que portaban equipos más ligeros. Y es que ya se sabe que incluso pequeños cambios en el peso de los dispositivos pueden generar diferencias en la tasa de supervivencia y en el rendimiento reproductivo de algunas aves migratorias.

Por ello los resultados de esta investigación sugieren que la regla del 5% (un dispositivo no debe superar el 5% del peso del ave marcada) no sería recomendable para el caso concreto de las carracas. Por ello, proponen que este límite debería establecerse en torno al 2.5%.