¿Hay conexión entre las poblaciones ibéricas y norteafricanas de alondra ricotí?

Las publicaciones científicas indican que no hay conexión genética entre las poblaciones de alondras de la península ibérica y el norte de África. El mar Mediterráneo actúa como una barrera biogeográfica que impide el flujo génico entre las poblaciones de ambos continentes, una separación que ha llevado a la diferenciación de las poblaciones, con variantes genéticas únicas para cada zona geográfica.
Los análisis de ADN mitocondrial y nuclear muestran que las poblaciones ibéricas y norteafricanas divergieron de un ancestro común, posiblemente cuando la península ibérica se separó del norte de África. El aislamiento ha producido linajes recíprocamente monofiléticos(*) a cada lado del Estrecho de Gibraltar.
María Méndez, en su tesis doctoral, indica que a pesar de tener un tamaño de muestra menor, las poblaciones del norte de África presentaron una diversidad y estructura genética mucho mayores que las de la península, lo que sugiere que las poblaciones africanas son más antiguas y estables, mientras que las ibéricas son más susceptibles a cambios y erosión genética.
No obstante, aunque generalmente se considera que las distintas poblaciones están aisladas, se ha encontrado evidencia de hibridación entre las subespecies C. d. duponti y C. d. margaritae en Túnez y el noreste de Marruecos, lo que indica que no están totalmente aisladas reproductivamente. No se sabe si tiene lugar hibridación también en Argelia.

Imagen: Thibaud Aronson. iNaturalist. (CC BY-SA)


(*) Un grupo monofilético es un grupo de organismos que están clasificados en el mismo taxón y comparten un ancestro reciente.

REFERENCIAS:
Méndez, M. 2011. Efecto de la fragmentación del hábitat sobre la genética de poblaciones y de la conservación de la alondra de Dupont (Chersophilus duponti). Tesis Doctoral. Universidad de Sevilla y Estación Biológica de Doñana.

ENGLISH VERSION:

Scientific publications indicate that there is no genetic connection between lark populations in the Iberian Peninsula and North Africa. The Mediterranean Sea acts as a biogeographical barrier that prevents gene flow between populations on both continents, leading to the differentiation of populations with unique genetic variants for each geographical area.

Mitochondrial and nuclear DNA analyses show that the Iberian and North African populations diverged from a common ancestor, possibly when the Iberian Peninsula separated from North Africa. This isolation has produced reciprocally monophyletic lineages(*) on each side of the Strait of Gibraltar.

In her doctoral thesis, María Méndez indicates that, despite having a smaller sample size, the North African populations exhibited much greater genetic diversity and structure than those of the Iberian Peninsula. This suggests that the African populations are older and more stable, whereas the Iberian populations are more susceptible to changes and genetic erosion.

However, although it is generally considered that the different populations are isolated, evidence of hybridization has been found between the subspecies C. d. duponti and C. d. margaritae in Tunisia and northeastern Morocco, indicating that they are not entirely reproductively isolated. It is unknown whether hybridization also occurs in Algeria.

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