Sisones en primavera
Cristóbal es un sisón. Un señor sisón. Pasa del kilazo de
peso, y no hay ningún macho en la comarca que ose siquiera toserle. Cuando está
encelado su reclamo resulta espectacular, una especie de “prett” o “prrit” al
que no hay sisona que no sucumba. Así que el buen machote, que no desperdicia una
oportunidad para ejercer como tal, ha conseguido esparcir por sus dominios
campiñeses un montón de sisoncillos y sisoncillas.
Un auténtico lío porque, salvo por alguna plumilla, nadie
es capaz de reconocer a su prójimo.
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¿Y tú de quién eres?.
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Yo de Cristóbal y de Marujita.
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¿Y tú?
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Yo de Cristóbal y de Josefita.
Cris, que así gusta de llamarse nuestro buen Cristóbal
para impresionar aún más, está que se sale ahora en el mes de abril. A su lek, que así se le llama a la zona en la
que compite con otros machos, no hay sisón que quiera acercarse. ¿Para qué
bregar?. Cris se pasa todo el día resoplando, batiendo las alas y dando saltos
para que los demás lo vean. Y bien que lo consigue, tanto que sólo las sisonas
son las que se acercan a él, listas para el amor.
Y es que la primavera, la sangre altera… incluso para los
sisones.
[Foto: JuanMa Delgado] |