¿Contar aves es suficiente?
¿Cómo medimos si una zona es buena para las aves o si las acciones de conservación están funcionando? Una de las maneras más comunes es contar cuántas especies de aves hay en un lugar, lo que en términos técnicos y científicos se conoce como riqueza de especies. Es un método un tanto "popular" porque es fácil de entender y de comunicar a quienes toman decisiones.
Sin embargo, a pesar de su popularidad, los expertos señalan que la riqueza de especies tiene limitaciones importantes y puede incluso ser engañosa para la conservación de las aves. Y esto se debe a que:
• No siempre refleja la realidad de los cambios: imagina que en un área, una especie de ave rara desaparece por completo, pero al mismo tiempo, aparece una nueva especie más común. La riqueza de especies podría permanecer igual o incluso aumentar. Esto se debe a una "asimetría": un solo individuo de una nueva especie aumenta la riqueza, pero todos los individuos de una especie deben perderse para que la riqueza disminuya. Esto significa que, incluso si las poblaciones de muchas aves están disminuyendo, la riqueza de especies podría no mostrar ese declive. Los estudios que consideran la abundancia de las especies (cuántos individuos hay de cada una) a menudo revelan tendencias de declive local.
• Ignora la identidad de las especies: la riqueza de especies cuenta todas las aves por igual, sin importar si son comunes o si están en peligro de extinción, si son especialistas de un hábitat particular o generalistas. Esto puede ocultar problemas graves, como la pérdida de especies vulnerables o amenazadas.
• No indica la persistencia a largo plazo: saber que una especie está presente no nos dice si su población es saludable o si es lo suficientemente grande para sobrevivir en el futuro. Una sola ave transitoria o una población en rápido declive se registran de la misma manera que una población grande y autosostenible. Para entender la probabilidad de que las especies persistan, necesitamos información sobre su abundancia, el tamaño de sus poblaciones.
En conclusión, aunque contar la diversidad de aves es un buen comienzo, para una conservación eficaz y significativa, necesitamos ir más allá de la simple riqueza de especies. Es crucial identificar qué especies están presentes (especialmente aquellas de mayor preocupación) y conocer cuántos individuos hay de cada una para asegurar que nuestras queridas aves puedan prosperar en el futuro.
Veamos un ejemplo real con un estudio que se realizó en el noreste de Inglaterra, en el que se analizaron los cambios en las comunidades de aves durante un período de 33 años. El propósito principal era restaurar hábitats boscosos mediante la reforestación pasiva de una antigua zona de cultivo, para lo que se dejó que la tierra abandonada evolucionara naturalmente hacia un ecosistema de matorral y, eventualmente, bosque.
Al cabo de este tiempo, las aves forestales aumentaron tanto en número como en abundancia, lo que desde la perspectiva del objetivo de restauración del bosque fue un claro éxito. Sin embargo, la riqueza total de especies disminuyó durante el mismo período. Si los responsables de la conservación solo hubieran mirado este número global, habrían concluido erróneamente que la intervención fue un fracaso. La razón de la caída en la riqueza total de especies se debió a la pérdida de aves de ambientes agrícolas. A medida que el hábitat de cultivo se transformaba en matorral y luego en bosque, las especies que dependían de los campos agrícolas se marcharon o sus poblaciones disminuyeron.
Este ejemplo demuestra cómo la riqueza de especies, al ser un conteo total que ignora la identidad de cada especie, puede ocultar si se están alcanzando los objetivos de conservación específicos. Para evaluar el éxito de esta intervención, era fundamental saber qué tipo de especies se esperaban y se querían conservar, no solo el número total.
Fletcher, R. J., Jr., Green, R. E., Bladon, E. K., Atkinson, P. W., Phalan, B. T., Williams, D., Visconti, P., & Balmford, A. (2025). Beyond Species Richness for Biological Conservation. Conservation Letters, e13124.
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