Paisajes agrícolas en transformación: qué nos dicen las aves

Un reciente estudio publicado en Biological Conservation confirma lo que muchos ornitólogos llevan años apuntando: las aves esteparias españolas están sufriendo una contracción generalizada de sus áreas de distribución. El trabajo, liderado por Diego Chamizo y colaboradores de la Universidad Autónoma de Madrid, analiza dos décadas de cambios (1998-2018) en 37 especies ligadas a medios agrícolas.

Los resultados son contundentes. De las 37 especies estudiadas, 30 mostraron reducciones significativas en su distribución, con contracciones que oscilaron entre el 17% y el 50%. La media de pérdida fue del 32%. Solo dos especies mostraron expansión real: la tórtola turca con un incremento del 45%, y el búho campestre con un 34%.

Las aves estrictamente esteparias fueron las más afectadas, con una reducción media del 33,6% en su área de ocupación. Pero lo más preocupante es que incluso las especies generalistas, menos dependientes de estos hábitats, experimentaron contracciones sustanciales. Esto sugiere que la intensificación agrícola está alcanzando niveles que afectan incluso a las aves más adaptables.

El factor clave: la intensificación

El análisis identificó el rendimiento de los cereales como el factor más determinante en el declive. Este parámetro, empleado como indicador de intensificación tras corregir los efectos del clima, refleja la suma de prácticas intensivas: mecanización, uso de fertilizantes y pesticidas, densidades de siembra elevadas. Todas estas medidas, dirigidas a maximizar la producción, simplifican el paisaje y reducen drásticamente los recursos disponibles para las aves: artrópodos, semillas de adventicias, refugio y lugares de nidificación.
22 especies mostraron relaciones negativas significativas con este indicador de intensificación, evidenciando que la apropiación casi total de la producción primaria por los cultivos deja poco espacio para la biodiversidad.

Paradójicamente, la superficie de cultivos herbáceos mostró efectos positivos en 20 especies y en la riqueza de los tres grupos estudiados. Esto subraya que los paisajes cerealistas extensivos, con su mosaico de campos, barbechos y vegetación natural, siguen siendo esenciales para estas aves.

El efecto negativo del barbecho en muchas especies sorprendió inicialmente, aunque tiene explicación, y es que bajo el término "barbecho" se incluyen situaciones muy diferentes, desde las tierras labradas (barbecho blanco) hasta aquellos que cuentan con vegetación (estos sí son funcionales). Los investigadores encontraron que solo algunas especies esteparias estrictas como avutarda, sisón o aguilucho cenizo mantuvieron respuestas positivas al barbecho.

Los cultivos herbáceos de regadío mostraron efectos positivos en varias especies esteparias, contrariamente a lo esperado. Esto podría deberse a similitudes estructurales con los secanos cuando se trata de cereales u otros cultivos herbáceos, no de maíz o girasol, cultivos que sí evitan estas especies.

Implicaciones para la conservación

El estudio evidencia que necesitamos cambiar urgentemente el modelo agrícola. El Reglamento europeo de restauración de la naturaleza (2024/1991) ofrece un marco para actuar: recuperación de elementos paisajísticos de alta diversidad, barbechos funcionales con vegetación, pastoreo rotacional, manejo integrado de plagas, agricultura ecológica.

Pero los barbechos deben ser ecológicamente funcionales: con cubierta vegetal que proporcione refugio, alimento y lugares de nidificación. En casos de especies amenazadas, el manejo debe adaptarse a sus necesidades específicas: parches de suelo desnudo para gangas ortegas, control de altura de vegetación mediante pastoreo para sisones, entre otros.

En resumen, tras dos décadas de seguimiento, el diagnóstico es claro: la intensificación agrícola está empobreciendo las comunidades de aves en los medios agrícolas españoles. No se trata solo de especies raras o especialistas; incluso las generalistas retroceden. La producción agrícola y la conservación de la biodiversidad no son incompatibles, pero necesitamos transitar hacia sistemas más sostenibles. Las aves esteparias, bioindicadores por su posición en la cadena trófica, nos están avisando de un problema mucho más profundo que afecta a la funcionalidad de nuestros agroecosistemas.

 

Imagen propia. Barbecho funcional en la ZEPA  Alto Guadiato (Córdoba)


REFERENCIA:

Chamizo, E., Morales, M. B., Traba, J., Suárez, F., & Arroyo, B. (2025). Agricultural intensification drives widespread range contractions in European farmland birds: Evidence from two national atlases in Spain. Biological Conservation, 295, 110459. https://doi.org/10.1016/j.biocon.2025.110459

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